Fue un martes trece. Estuvimos hablando de esto, de cosas que según
alguna gente, o mucha gente, trae mala suerte. Sal que se derrama,
gato negro, martes ni te cases ni te embarques, espejo roto,
levantarse con el pie izquierdo...
Le
cuentas estas cosas a los niños y se te quedan mirando extrañados,
sin saber muy bien de qué les hablas. ¡Qué pueden saber ellos de
superstición o mala suerte! Sin embargo no renuncio a plantearles
cualquier tema o cuestión que se atraviese en nuestro camino, que
surja en el devenir de los acontecimientos y las tareas diarias. Les
hablo de todo, les menciono todo, hablamos y hablamos y vemos
sobrevolar las palabras y las ideas y la vida sobre nuestras cabezas,
y poco a poco la vida configura sus múltiples formas y caminos y
opciones entre nosotros. Cuando menos lo piensas cualquiera de ellos
pregunta algo o dice aquello que te deja estupefacto, parado ante el
tiempo mientras todos ellos cabalgan sobre un nanosegundo.
Hace poco tuvimos un martes y trece, creo que fue el mes pasado. Yo también hablé a los niños de las cosas que dan mala suerte, hablamos un buen rato de ello y también de las veces que en esa fecha nos han pasado cosas buenas. Hablamos y reflexionamos sobre estas supersticiones, en qué se basan, si hay que hecrles caso...A mí me gusta mucho conversar con ellos, saber qué pasa por sus cabezas y planrearles cuestiones que les hagan reflexionar.Me alegro de que a tí también te ocurra lo mismo. Un abrazo
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