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jueves, 26 de enero de 2012

GUARDAR NUBES EN UN BOLSILLO





Ya sé que se espera que un maestro o una maestra de E. Infantil permanezca en todo momento inalterado, autocontrolado, sereno, sonriente, tranquilo, sin perder la sonrisa y si es posible adoptar o conseguir una expresión angélica o beatífica en su rostro. Pero yo no puedo y además no quiero. Yo quiero ser sincero y vulnerable ante mis alumnos, de la misma manera que ellos son sinceros conmigo y me muestran sus sentimientos, sus enfados y alegrías, sus dudas, sus arrebatos, las reacciones con las que me enseñan lo que hay en el fondo de ellos. Por eso yo también a veces me enfado, o me molesto, o me siento dolido o incluso en ocasiones pierdo los papeles. Porque estoy entre ellos, comparto espacio y tiempo y vivencias con ellos, río con ellos y sufro con ellos y me equivoco o acierto con ellos.
No, no soy uno de esos maestros de claro y previsible perfil, soy un hombre que trata de sentirse niño entre los niños, de recordarse a si mismo, de no olvidar que también ellos serán hombres y mujeres algún día, y es ahí cuando decido y tengo claro que no puedo ni debo engañarles, que sólo puedo ofrecerles lo que ellos me ofrecen a mi: sinceridad y ganas de coger nubes y guardarlas en un bolsillo.

viernes, 20 de enero de 2012

HISTORIAS DE PATIO




Es interesante observar lo que ocurre en el patio. Samuel cabalga en su nervioso caballo, cuando de pronto tropieza y cae al suelo. Le rodean varios compañeros y él permanece quieto, inmóvil. Son segundos decisivos, el drama puede estallar en cualquier momento o pasar de largo; En esta ocasión pasa de largo. Samuel se levanta, viene hacia mi y me dice que se ha caído y se ha hecho daño, pero que no ha llorado. ¡Bravo Samuel, en gran medida en eso consiste la vida, en seguir adelante después de las caídas!
Pablo juega en una esquina junto a dos niñas. Intuyo que juegan de forma simbólica. Inesperadamente Pablo se incorpora y viene hacia mi llorando. ¿Qué ha pasado Pablo? “Me han apagado la tele, no me dejan ver la tele”, me dice compungido, ahogado por el llanto. Jugaban a las familias y lo hacían con tal intensidad y veracidad que cuando ellas decidieron castigarle sin tele, Pablo lo vivió como un hecho real, no caben bromas ni media verdades en el juego absolutamente serio de los niños.
Nacho, en mitad del patio va sacando flechas de su carcaj, las coloca con cuidado en el arco, lo tensa, apunta y dispara. No puede fallar porque la vida de los miembros de su tribu depende de que él cace suficientes bisontes. Después llamará a sus compañeros y cortarán la carne para llevarla al poblado.
La vida, con todos sus dramas, alegrías y amplios y ricos significados palpita imponente y majestuosa en los juegos de los niños en el patio.

viernes, 13 de enero de 2012

UN TÍO RARO CON GAFAS DE COLOR NARANJA




El primer día después de las vacaciones de Navidad comenzamos hablando de los regalos de Reyes, era inevitable y también necesario. El hecho de que se alargara la tertulia junto con el desmesurado afán de dar noticia a los demás de las excelencias recibidas, contribuyó a que la clase se transformara en jaula de grillos: todos gritaban, todos querían dejar constancia de los regalos recibidos. Pedí silencio y repartí folios. Deberían dibujar los juguetes que los Reyes les habían traído.
Algunos se mostraban muy preocupados, pues temían no saber hacer esos dibujos. Les dije que no se preocuparan, que pensaran en su juguete y al mismo tiempo movieran la mano, que ya verían como la mano por si misma iría encontrando el juguete que tenían en la cabeza. No importaba nada como saliera, cada uno podía hacer su dibujo libremente, como le diera la real gana, sin ningún miedo.
Así fue como descubrí que una Nancy, un Woody, un tren, un fórmula uno con mando a distancia, “un tío raro con gafas de color naranja con las pilas gastadas”, pueden ser representados con un aluvión de formas rectangulares y cuadradas, con enrevesados garabatos y con curiosas e indescifrables formas de reminiscencias jeroglíficas...
También hubo además de trabajos abstractos, conceptuales y figurativos, dignas y singulares obras realistas. Los Reyes estarán contentos de promover tanto arte y capacidad de representación.

viernes, 6 de enero de 2012

CABALGANDO SOBRE UN NANOSEGUNDO



Fue un martes trece. Estuvimos hablando de esto, de cosas que según alguna gente, o mucha gente, trae mala suerte. Sal que se derrama, gato negro, martes ni te cases ni te embarques, espejo roto, levantarse con el pie izquierdo...
Le cuentas estas cosas a los niños y se te quedan mirando extrañados, sin saber muy bien de qué les hablas. ¡Qué pueden saber ellos de superstición o mala suerte! Sin embargo no renuncio a plantearles cualquier tema o cuestión que se atraviese en nuestro camino, que surja en el devenir de los acontecimientos y las tareas diarias. Les hablo de todo, les menciono todo, hablamos y hablamos y vemos sobrevolar las palabras y las ideas y la vida sobre nuestras cabezas, y poco a poco la vida configura sus múltiples formas y caminos y opciones entre nosotros. Cuando menos lo piensas cualquiera de ellos pregunta algo o dice aquello que te deja estupefacto, parado ante el tiempo mientras todos ellos cabalgan sobre un nanosegundo.