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miércoles, 23 de enero de 2013

AÑORADO DOBI QUE ESTÁS EN LOS CIELOS




Un chaquetón verde colgado en la lanza fría de la mañana, en su más agresivo y prominente promontorio. Desde ahí autopistas rápidas hacia la risa, naricitas heladas, tizas empañadas, las tripitas encogidas ante el rugido helado del Invierno.
Y otra vez, sin otra razón que un fuerte impulso cuyo origen desconozco (quizás la convicción de que de ahí salen cosas interesantes), siento ganas de hablar, de que me hablen, de aprovechar cualquier pequeño acontecimiento para convertirlo en fuente de opiniones, ideas, palabras, teorías, y también -porqué no- en algarabía y fiesta, en limpias carcajadas que nos desintoxican, nos fortalecen, nos hermanan e igualan. Entonces entramos en un magnético y magnífico bucle que nos conduce a un sentimiento compartido de libertad y plenitud, todos niños formando corro alrededor del rabo imprevisible y nervioso de las circunstancias.
En esas estamos cuando veo distraído a uno de mis entrañables amigos y amigablemente le recomiendo que no se me vaya a “Los Mundos de Yupi”, esos mundos vaporosos a los que aludía la seño Reyes cuando eran más pequeños y habitaban en el aula de tres años. Se ríen, siempre se ríen con esa expresión; y en mitad de ese breve tumulto que se desata a raíz de mi llamada de atención, se deja oír la voz de María:
“Seguro que anda por ahí jugando y pasándolo bien con mi perrito Dobi”.
“¿Cómo dices María?”
“Digo maestro que los perros y las mascotas que se mueren van al cielo, y yo creo que justo al lado del cielo están los Mundos de Yupi, y si nuestro compañero anda por allí, seguro que se lo está pasando muy bien jugando con Dobi, un perrito al que yo quería mucho y se murió”.
“Vale María, te comprendemos todos creo yo, tenemos que contarle a la seño Reyes que hemos descubierto que los mundos de Yupi quedan muy cerquita del cielo, justo al lado de esa parcela en la que son felices los perros que alguna vez jugaron con los niños”.

2 comentarios:

  1. Los mundos de Yupi es un maravilloso lugar en el que tienen cabida todos y todo, en donde se puede viajar sin transporte, ver sin estar y estar con quien deseemos al momento, sin tener en cuenta si está vivo, muerto, a miles de kilómetros...Es un lugar único y cada uno tiene el suyo. Yo voy a menudo allí, como los niños de tu clase. ¡SE siente una tan feliz!...Besos

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    1. Vaya, un comentario precioso, que merece por si mismo toda una reflexión a fondo...Ojalá muchos adultos tuvieran esta capacidad que tienes tú querida amiga para trasladarte cuando te apetece a los mundos de Yupi. Un abrazo y que sigas transmitiéndonos a todos sentimientos y pensamientos tan hermosos.

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