lugar donde vivimos, que es necesariamente,
esquemáticamente hablando, un pequeñito círculo que se
integra en otros más grandes. Después de apreciar y
descubrir entre todos diferencias entre pueblo y ciudad me da
la ventolera de colgar un mapa de España en la pizarra.
Es
un viejo mapa que algún gamberro pintarrajeó hace años, lo que les
causa estupor y alguna condescendiente sonrisa. Nos desplazamos de
arriba a abajo y de uno a otro lado, esta mancha amarilla es Galicia,
allí llueve mucho y por eso quizá la gente no es tan alegre como
aquí, junto a ella tenemos esta otra verde, es Asturias, una tierra
de valles verdes y verdes montañas, muy bonito sitio para ir de
vacaciones, esto morado es el País Vasco, son gente ruda, les gusta
levantar piedras y también les gusta comer chuletones de buey..."a
mi padre también le gusta eso maestro", salta como un muelle uno
de mis alumnos, y así sucesivamente les voy señalando las
Comunidades Autónomas de España. Finalmente, después de asociar a
cada Comunidad algún rasgo que a veces les produce curiosidad y a
veces risas (afortunadamente ellos están aún muy lejos de las
arrebatadas pasiones por las diversas patrias y las banderas),
llegamos a la gran mancha verde que queda abajo y va de un lado a
otro del mapa, la más grande de todas. Bueno, pues esta es la
nuestra, nuestra tierra, nuestra Andalucía. Les señalo Sevilla y un
poquito más arriba El Pedroso, nuestro pueblo, que no aparece en el
mapa, pero que seguro está aquí, justo donde yo pongo el dedo, en
esta zona de suaves montañas a las que llamamos Sierra Norte de
Sevilla. Maestro, el mapa sirve para no perderse, ¿verdad?. Sí, ya
lo habréis escuchado decir a Dora la exploradora. Pero lo mejor de
los mapas son sus colores, las ganas que le entran a uno mirándolos
de viajar, de vivir aventuras, de pronunciar nombres que suenan como
el deshielo en la península de Kamchatka, como un arroyo vertiendo
su caudal a un río, o como el desplazamiento en el mar de la botella
de un náufrago...
Vamos
pues de lo pequeño a lo grande: Nos encontramos aquí en esta clase
que está en un colegio que está en un pueblo en la provincia de
Sevilla de la Comunidad Autónoma de Andalucía, España, Europa,
Globo Terráqueo.
¿Sabes
maestro?, me interrumpe Rosario, los Reyes Magos me han traído unas
botas multitacos y un chaquetón de la Selección de España.
¿Sabes
Rosario?, tú sí que eres capaz de saltar sobre las convenciones y
las rutinas y las horas lánguidas sin necesidad de ningún mapa.
Claro
maestro, el campo de fútbol en el que yo juego está en un pueblo de
Sevilla, Andalucía, España, y sé llegar allí sin mapa.
Los niños son sorprendentes. ¡Ojalá nos pareciéramos a ellos! Es una lástima que con los años se pierdan esa frescura, esa espontaneidad y esa manera de mirar las cosas, con total ingenuidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Totalmente de acuerdo amiga, lo único que podemos hacer es acercarnos a ellos, compartir con ellos todo lo que podamos compartir y observarlos y aprender. Un abrazo.
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