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jueves, 9 de febrero de 2012

BUEN VIAJE Y BUENA SUERTE




Un par de farolas de amarillenta luz apenas nos permiten ver el discurrir de la pelota sobre la estrecha parcela de hierba salpicada por algunos arbolitos. Pablo se pinchó cuando saltando trató de alcanzar las ramas de uno de ellos. Me dijo que no se había hecho daño porque todo su interés estaba en seguir jugando, correteando tras el balón, pateándolo hacia arriba, inventando fantásticas proezas de fútbol semejantes a las que ve en los dibujos animados.
Ya más tarde, en casa, sí que se quejó del daño que tenía en la mano y su madre tuvo que aplicarle algún remedio.
A veces interrumpimos el juego para ver los aviones que cruzan sobre nuestras cabezas, con sus luces parpadeantes y su rugido remoto. Durante un momento los miramos y les deseamos buen viaje y buena suerte, antes de que la noche se los trague para hacerlos aparecer después en algún lugar lejano.
Pablo me dice que cuando seamos nosotros los que viajemos en avión de noche, le gustará asomarse a la ventanilla por si puede ver a niños que juegan a la pelota con sus papás; quizá sea así le contesto, quizá ellos también nos deseen buena suerte y buen viaje.

2 comentarios:

  1. A los niños les encanta el balón. Es algo que no cambia aunque pase el tiempo y pasemos nosotros de lugares. Parece que tiene magia ¿ no crees?

    Un abrazo

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    Respuestas
    1. sí, es cierto, aún lo siento cuando me pongo a jugar con él, me acuerdo de mis mismo cuando tenía su edad,
      un abrazo y buen finde

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