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lunes, 17 de septiembre de 2012



Mi hijo propone que hagamos un avión de cartón, un avión que realmente vuele y pueda llevarnos a los dos a la Luna. Su madre no vendría con nosotros porque volar le produce un insuperable miedo (no creo que más que el que me produce a mi). En principio quería construir el avión con papel, y ponía énfasis en hacer antes que nada las ruedas, unas ruedas muy grandes que en su cabeza eran la pieza clave del avión, lo que en realidad nos permitiría despegar y mantenernos en el aire. Yo le dije, así medio distraído, que mejor sería utilizar cartón que era más consistente y sólido que el papel. Aceptó después de considerarlo un rato y plantear algunas dudas que yo enfrenté con mis mejores argumentos. Más tarde pensó en un mechero para que hiciera las veces de motor del avión.Viendo que yo no estaba muy convencido de la bondad de este tipo de motor, imaginó que el cargador de un teléfono móvil conectado a un enchufe podría servir. No quise argumentarle que íbamos a necesitar un cable excesivamente largo, así que en eso hemos quedado.
Viendo que los dos últimos días anda buscando cartones por todas partes y no para de solicitar mi ayuda para construir el avión, me he visto obligado a decirle que de ninguna forma conseguiremos construir un avión que realmente vuele con nosotros encima, que hacer un avión de verdad es algo muy complicado y para ello se necesita una fábrica, muchos obreros, ingenieros, técnicos, especialistas, etc.
No he podido hacerle olvidar su proyecto. Está convencido de poder fabricar un avión de cartón que vuele hasta la Luna. De la Luna nos traeremos piedras y cualquier otro tesoro que podamos encontrar allí. En el camino de vuelta cogeremos tres estrellas, una para él, otra para su madre y otra para mi. ¿Y qué haremos con las estrellas?, le pregunto. ¿Pero no lo adivinas?, me dice incrédulo. Esas estrellas nos concederán todos nuestros deseos. Seremos felices para siempre.

2 comentarios:

  1. ...Y sin duda así será. Seréis felices para siempre mientras sigáis manteniendo la mirada de un niño.Nunca me cansaré de ver y admirar como son capaces de redescubrir el mundo.¡Lástima que luego crezcamos y cambiemos la mirada!
    Bueno, me alegro de tenerte otra vez aquí. Ya te echaba de menos en la familia on-line. Bienvenido y feliz curso. Seguiremos leyéndonos

    Un abrazo

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  2. Me encanta reencontrarte querida amiga, porque tienes esa extraña facultad que tantos y tantos pierden de saber leer las miradas de los niños; por supuesto que seguiremos visitándonos y en contacto, me hace feliz saber que estás ahí.
    Un abrazo.

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