Mi hijo propone que hagamos un avión
de cartón, un avión que realmente vuele y pueda llevarnos a los dos
a la Luna. Su madre no vendría con nosotros porque volar le produce
un insuperable miedo (no creo que más que el que me produce a mi).
En principio quería construir el avión con papel, y ponía énfasis
en hacer antes que nada las ruedas, unas ruedas muy grandes que en su
cabeza eran la pieza clave del avión, lo que en realidad nos
permitiría despegar y mantenernos en el aire. Yo le dije, así medio
distraído, que mejor sería utilizar cartón que era más
consistente y sólido que el papel. Aceptó después de considerarlo
un rato y plantear algunas dudas que yo enfrenté con mis mejores
argumentos. Más tarde pensó en un mechero para que hiciera las
veces de motor del avión.Viendo que yo no estaba muy convencido de
la bondad de este tipo de motor, imaginó que el cargador de un
teléfono móvil conectado a un enchufe podría servir. No quise
argumentarle que íbamos a necesitar un cable excesivamente largo,
así que en eso hemos quedado.
Viendo que los dos últimos días anda
buscando cartones por todas partes y no para de solicitar mi ayuda
para construir el avión, me he visto obligado a decirle que de
ninguna forma conseguiremos construir un avión que realmente vuele
con nosotros encima, que hacer un avión de verdad es algo muy
complicado y para ello se necesita una fábrica, muchos obreros,
ingenieros, técnicos, especialistas, etc.
No he podido hacerle olvidar su
proyecto. Está convencido de poder fabricar un avión de cartón que
vuele hasta la Luna. De la Luna nos traeremos piedras y cualquier
otro tesoro que podamos encontrar allí. En el camino de vuelta
cogeremos tres estrellas, una para él, otra para su madre y otra
para mi. ¿Y qué haremos con las estrellas?, le pregunto. ¿Pero no
lo adivinas?, me dice incrédulo. Esas estrellas nos concederán
todos nuestros deseos. Seremos felices para siempre.
...Y sin duda así será. Seréis felices para siempre mientras sigáis manteniendo la mirada de un niño.Nunca me cansaré de ver y admirar como son capaces de redescubrir el mundo.¡Lástima que luego crezcamos y cambiemos la mirada!
ResponderEliminarBueno, me alegro de tenerte otra vez aquí. Ya te echaba de menos en la familia on-line. Bienvenido y feliz curso. Seguiremos leyéndonos
Un abrazo
Me encanta reencontrarte querida amiga, porque tienes esa extraña facultad que tantos y tantos pierden de saber leer las miradas de los niños; por supuesto que seguiremos visitándonos y en contacto, me hace feliz saber que estás ahí.
ResponderEliminarUn abrazo.