La bitácora es la caja que contiene la brújula que orienta a los navegantes. Con estas palabras inicié este blog hace ya algunos años. Ahora ya no estoy en activo, ya no voy al "cole" ni vivo el milagro de convertirme en niño. No obstante seguiré publicando aquí recuerdos de vivencias escolares y otras "historias" personales, probablemente producto también de mi vida como maestro, pues todo lo que eres se apoya de alguna manera en lo que fuiste.
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martes, 23 de noviembre de 2010
Que llueva, que llueva
Nublado y amenazando lluvia. Lo primero que se me ocurre pensar es que hoy probablemente no saldremos al recreo, y esto significa niños de 5 años al borde de un ataque de nervios y maestro desesperado tratando de canalizar todas esa energías acumuladas y a punto de estallar.
Nos hemos sentado frente a la lámina que representa la fiesta de Navidad de un colegio y cómo siempre me han sorprendido con sus interpretaciones acerca de las imágenes y situaciones que les presentamos: casi siempre son más interesantes y divertidas que las que nosotros consideramos lógicas y sensatas; nunca me olvido de aquel niño de ocho años que a la pregunta de qué era un adulto me respondió que “un adulto era algo que estaba al revés”.
Leemos en la pizarra palabras con s y m: suma, sima, masa, mesa...Hacemos frases, escribimos sobre un papel con mayúsculas y sin copiar de la pizarra “Mi mamá me mima”. Algunos omiten letras, otros las descolocan, otros escriben correctamente, pero prácticamente todos consiguen transmitir el mensaje y hacerse entender. Hacernos entender, entender a los otros, ahí está una de las claves. Con letras, con dibujos, con gestos, con omisiones y sustituciones, con nuestros medios.
Justo cuando salimos al patio, como tantas veces, empieza a llover. Vuelta a clase, a los juegos de mesa, a la plastilina, a colorear, recortar y pegar, a la cocinita y las enormes torres que uno no se explica como se mantienen en pie. Pero los más inquietos no pueden evitar correr, saltar, alborotar y ponerlo todo patas arribas: día de lluvia, día de esos en que acabas subiéndote por las paredes.
Siempre digo los mismo: que llueva, que llueva, todo lo que haga falta, pero por favor, a partir de las dos de la tarde.
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te acuerdas el curso pasado, pasado por agua????? Pa volverse locos¡¡¡¡¡ Ánimo, maestro, que esto son dos o tres días, como mucho cinco y luego el fin de semana, no? Besitos y dale a este blog tu impronta. Besos mil
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