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martes, 11 de octubre de 2016

BESOS AL CIELO




Les cuento a los niños que mañana no habrá clase porque es el Día del Pilar. Les cuento que mi madre se llamaba Pilar y murió hace ya algunos años. Les cuento que a mi madre le encantaban las flores y que el día del Pilar todos aquellos que la conocían y la querían le regalaban flores y ella las ponía en jarrones por toda la casa y se sentía dichosa, se le notaba en la cara y en la forma en que se movía de un sitio a otro, con pasos rápidos y alegres, con el rostro radiante, con ganas de besarnos y abrazarnos a todos. Me preguntan mis niños si mi madre Pilar estará ahora en el cielo. Les digo que no sé dónde puede estar, pero que de todas formas vamos a mandar besos hacia arriba, para ella y para todos los abuelos y abuelas y buenas personas que un día conocimos y quisimos y que ahora ya no están. Dicho y hecho, todos se levantan y lanzan efusivos y sonoros besos hacia las alturas, radiantes también ellos e felicidad, convencidos de que los besos al final alcanzarán su destino: es muy raro que un beso sincero llegue a perderse.

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